Trabajador señala lo siguiente en su demanda:

A finales del año 2020, asumió como Gerente General don Cristóbal Arturo Moreno Cerda, quien anteriormente se desempeñaba como asesor del grupo Tagler. Su primera tarea fue instalar a la fuerza a dos de los hijos de uno de los propietarios, quienes recién habían salido de la Universidad (José Antonio Espinoza Segovia y Nicolás Espinoza Segovia) en cargos gerenciales (Gerente Comercial y Gerente de Operaciones), en detrimento de aquellos que habían hecho carrera dentro de la empresa, relegándolos a puestos subalternos. Esto resultó en el despido de empleados productivos con más de 10 años de servicio.

Una de las primeras tareas que la gerencia general me encomendó para algunos miembros de mi equipo fue despedir a los empleados más antiguos. Cito textualmente: «Abúrrelos, asígnales tareas difíciles para que renuncien». Expresé mi opinión al Gerente General, señalando que esto no era apropiado. En respuesta, él me informó que tenía 30 días para llevar a cabo la tarea o buscaría otra alternativa que también me perjudicaría. Hablé con uno de los empleados a quienes querían despedir, don Sergio Cid, quien tenía más de 30 años de experiencia en el mercado, y le informé sobre la situación. Agradeció mi gesto y presentó su renuncia, argumentando que estaba agotado y que prefería priorizar su salud y su familia.

La escalada de acontecimientos culminó cuando me pidieron que modificara formulaciones de clientes utilizando productos de la empresa que estaban vencidos o en mal estado, y que no cumplían con el Reglamento Sanitario de los Alimentos (DTO 977). En esencia, me estaban pidiendo que infringiera la ley, a lo cual me negué. En una segunda ocasión, en octubre de 2022, me citaron nuevamente para modificar formulaciones para clientes, esta vez pidiéndome que agregara proteínas vencidas de pavo a productos de vacuno, lo cual no estaba permitido y debía ser declarado según el RSA. Nuevamente me negué y como represalia, bloquearon mi licencia y credenciales del sistema de gestión SAP para que el área de desarrollo pudiera utilizarlas con mi nombre y realizar las modificaciones solicitadas.

A partir del 30 de noviembre de 2022, el Gerente General dejó de dirigirse a mí y me excluyó de las reuniones de coordinación que tenía con él. Me obligaron a tomar mis vacaciones legales y, a mi regreso el 9 de enero de 2023, fui despedido por «necesidades de la empresa». En ese momento, le pregunté cuál era el motivo real, a lo que él respondió que no le agradaba mi actitud de no seguir sus órdenes, independientemente de que los números fueran más importantes que las leyes, y todo esto ocurrió en presencia del Gerente de Administración y Finanzas, quien solo me miró y sonrió ante la respuesta que dio el Gerente General.